Respiradero que arranca desde el centro o desde uno de los lados del techo de la nave principal de la bodega para favorecer la ventilación evitando la concentración del tufo, además de crear un ambiente seco en su interior con esta aireación de la bodega se mantiene el vino a una temperatura constante entre 12 y 14 grados durante todo el año, incluso en las épocas de temperaturas más extremas.
En Zamora las zarceras han servido como pozos para elevar los escombros procedentes del picado del calado hasta el exterior, protegido de la entrada de personas mediante una reja. Permiten también colocar ventiladores para extraer el tufo procedente de la fermentación.
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